Y llegó el día, un año más. Un nuevo martes de Lágrimas.
El largo viaje de Nuestra Madre buscando a su hijo, nuestro Señor, que aguarda dentro de Santa Isabel de Portugal. Un martes más para llegar a cristo , por María.
Un martes más se teñirá Zaragoza de sur a a norte , de morado y blanco.
De insinuantes eses cargados, de eses surcando las calles , las eses silbantes como cuando dices " seguro que así se hacía antes" . Como las de las Lágrimas de Nuestra Señora surcando sus mejillas. Esas lágrimas que no saben a sal, sino a cristal sopladas en la fragua de Vulcano, donde nace el dolor, llenas de pena y amor, saben esa desesperación sabida de la que ha visto perder la vida a su hijo y no guarda rencor.
Un año más contra el viento y las modas que quisieran tumbarnos.
Hoy los hijos del viento saldrán a la calle , a golpear con sus mazas y baquetas y llamar con sus corazones a las mismísimas puertas del cielo, para clamar ante el mundo entero que su ruido es la forma que tiene este pueblo de rezarle a Jesús, el que fuera nazareno.
Hoy el cierzo se llevará los sones y los esparcirá por los rincones de la ciudad que quiero.
Hoy, y el Jueves Santo, los hijos de aquellos Luises cumplirán con honor lo que prometieron.
Sacar a la calle los misterios para que recen aquellos que nunca antes quisieron, o a los que se les olvidó hacerlo, es la misión.
Y aquí de nuevo Cirineo para ayudar con ello , ayudar a mis hermanos y hermanas, los hijos del viento. Honrados cofrades del valle del Ebro.
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