Ante mi llamada para pedir firmas, textos y broches a este año cofrade, acudió raudo y veloz. Aquí su texto y sus impresiones, espero que sea del gusto de todos los lectores. Públicamente le agradezco a Miguel el rato dedicado.
UNA SEMANA SANTA
DISTINTA
Un gaditano llamado por el estruendo del tambor y el
bombo se atreve a escribir este humilde post para un amigo, que las redes
sociales quiso que compartiéramos aficiones. Intentaré explicar lo que se
siente en una Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional y que
demasiada gente no la conoce.
Si tuviera que describir cómo es la Semana Santa maña con
dos adjetivos sería… peculiar y variada. Una semana cofrade variada, diferente
a lo que se ve por televisión, una semana donde el tambor y el bombo toman las
calles y anuncian a su paso la Pasión de Cristo, pero que tiene tantas
singularidades y momentos mágicos que se quedan en tu retina y corazón que te
hace volver año tras año.
Lo primero que destacaría es la rapidez con la que ha
crecido esta Semana Santa tal como la conocemos, ya que este año se cumple el
75 aniversario de la introducción del bombo y tambor por parte de Las Siete
palabras, pero no va hasta los 80 cuando empezó a crecer potencialmente hasta
nuestros días, hasta los 15000 cofrades y 5000 en sección musical. y
aumentando.
Puedes ver pasos llevados a hombros, pasos llevados por
ruedas, en su gran mayoría, que tiene su origen en una huelga de cargadores,
así que lejos de los que muchos critican como “vaguería” tiene su razón
histórica y que le da un toque aún más singular a Zaragoza; e incluso se pueden
ver pasos llevados a costal, al más puro estilo sevillano. También varía la
forma de guardar el anonimato, desde el tercerol hasta el capirote (que por si
alguien no lo sabe, tiene la forma de cono, para así aproximarse más al cielo)
que fue copiado de Andalucía, por la famosa cofradía de La Piedad cuando
realizo su primera estación de penitencia.
Hay momentos muy íntimos como la cofradía del Silencio o
las carracas sonando por el puente de Piedra del Ecce Homo. Y predicación mucha
predicación hasta llegar a ver como debajo del paso hay un altavoz donde
enchufar un micro y describir los 7 dolores de la Virgen.
La Semana Santa de Zaragoza te encoge el corazón, cómo
estar el Jueves Santo en la plaza de la Justicia totalmente rodeado por
tambores y notar como retumba el suelo, crujen ventanas y te estremece el
estomago y el corazón. O ese momento del encuentro del Miercoles entre la
Virgen de los Dolores y Jesús camino del calvario, donde en un marco
incomparable con la basílica del Pilar de fondo, se encuentra Jesús con su
madre, antecedidos por un sequito de cofrades recordando a una entrada
medieval, todo comienza con un abrazo entre los dos hermanos mayores, y con el
pique entre los bombos mientras se acercan. La plaza del Pilar llena, imposible
no emocionarse.
O también impregnarte de incienso en la calle Alfonso I,
mientras varias cofradías se van cruzando, haciendo de Zaragoza un clamor de
ruido. Y entre tantas cofradías, puede chocar que pasas de una con el toque más
clásico y solemne posible, y la siguiente con un toque mucho más alegre e
incluso me atrevería a decir que bailable, en la variedad está el gusto.
No nos olvidemos de otros momentos mágicos, como la
salida de la Verónica por la Iglesia del Carmen, en esas cortas escaleras, o
como el estruendo pasa a piano-piano cuando se cruzan con algún hospital…O como
una misma cofradía puede realizar procesiones totalmente distintas en una misma
Semana Santa haciendo dos y hasta tres salidas procesionales.
Zaragoza cuida la cantera maravillosamente, dándole su
sitio en la cofradía a los mas pequeñines, y que portan orgullosos su tambor o
bombo, así es como se realizan las cosas, estando orgullosos de ellos y haciéndoles
protagonistas y especiales (ya podrían aprender otros sectores…) La sonrisa te
sale sola al ver la ilusión que reflejan en sus caras.
Yo, personalmente, si me tuviera que quedar con mi
momento de esta semana, sin duda es la salida de la Hermandad de la Eucaristía
de La Seo, la pasión que le ponen sus cofrades, sus costaleros, acompañando su
sufrimiento, aportándoles agua en su camino, y con unos andares que de
progresar así poco tendrán que envidiar a Sevilla. Y también, con una péquela
representación de bombos y tambores, como debe ser manteniendo la tradición e
idiosincrasia de cada lugar, esto no es Sevilla y no lo debe ser, así que olé
por ellos.
Así pues, creo que he mostrado que es una semana para
vivirla, sonde hay para todos los gustos, donde cada callejón te puede aportar
algo, que te estremecerá seguro y que las imágenes tienen su culto y su gran
patrimonio artístico aún a parecer para algunos lugareños que sólo importa el
tambor y bombo.
Después viene a procesión del Santo Entierro, el Viernes
Santo, donde todas las cofradías participan y desfilan una tras de otra, una
oportunidad única para poder verlas todas, y ver representada la Pasión de
Cristo completamente a partir de las imágenes que se procesionan. La mayor
aglomeración de bombos y tambores de España y la procesión más larga también,
una cita obligada para cualquier español que le guste el mundo cofrade.
Un afectuoso saludo y nos vemos el año que viene
disfrutando de nuevo por las calles de Zaragoza.
Impresionante la descripción. Tengo amigos que participan en ella, y este año dicen que ha sido espectacular. El hecho de que se haya declarado de Interés Turístico Internacional hará que muchas personas se acerquen y conozcan la Gran Pasión de Zaragoza. Espero que hayas tenido una buena Semana Santa Rafa. Yo ya estoy de vuelta, y he puesto unas fotos en el blog por si te apetece verlas. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHe visto y disfrutado las fotos de tu blog querido amigo. Geniales, y sobre todo, educadoras para aquellos que quieran conocer nuestra tradición.
ResponderEliminarUn abrazo!!!