martes, 3 de marzo de 2015

Pilato, Mármol manchado de Sangre

Poncio Pilato, prefecto de Judea entre el 26 y el 36 D.C, se había levantado con cierta cefalea, la boca seca, y un enorme desprecio hacia Tiberio y su decisión de mandarle con esos seres inquietos y alborotadores que parecían no tener fin. Un avispero, una trampa. Pidió agua y se lavó la cara, la boca, los pies y las manos.

La vida en el pretorio bajo el sol del desierto era, cuando menos, agobiante. Competir con el rey de esos bárbaros, Herodes,el de Galilea, entender sus leyes religiosas, y a sus mandatarios oscuros como los cuervos, obligado por la historia misma de Roma. Tan sólo pensaba que le dieran el tributo al que salía en la moneda, como ya dijo Aquél, ese que iba a tener en suerte ante su rostro esa mañana misma.
El día pintaba largo y tendido, como la espera para procesionar de un Jueves Santo cuando tocan a las ocho y son puro despertar del día. En estas estaba, y llegó la turba una vez más, empujando y entrando al atrio. Ahí tiraron como el que se saca de encima un saco sucio al tal Jesús para que Pilato lo juzgara allí mismo por desacato a la autoridad religiosa, por envidia, tal vez, y por decir verdades, que asustan, esto sin duda alguna. 



"18:33 Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos?
18:34 Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
18:35 Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
18:36 Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.
18:37 Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
18:38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.
18:39 Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos?"  
                                                 Según San Juan


Y como el pueblo decidió que no, lo mandaron azotar, y Pilato volvió a lavarse las manos, en universal símbolo.

Flagelazione, Caravaggio

Atado a una columna, mismo símbolo que utilizara nuestra querida Virgen del Pilar, que de la columna hubiera sido. 

Ese momento, ese preciso instante, podemos disfrutarlo en gran variedad a lo largo y ancho de la península ibérica. Y hoy os cuento sobre un caso concreto.


En Zaragoza, una de las más hermosas cofradías, de rojo y blanco por estatutos, saca a la calle para honor y gloria de la ciudad una impresionante escultura del aragonés José Bueno, que obligaba al que escribe a bajar la mirada, y como un niño, se siente necesitado a filtrar la mirada entre los dedos. Ora la admiración, ora la pena enorme por el sufrimiento sometido al Señor. Necesidad de escapar, perfecta y verdadera sublimación del sentimiento humano ante el miedo. Atado a una columna manchada de sangre como las manos del tal Pilato, que ni el agua con limón palestino pudo arrancarle de los poros de la piel por la eternidad.

foto: web de la cofradía
Esta cofradía de la Real, Pontificia, Antiquísima, Ilustre y Penitencial Hermandad y Cofradía del Señor Atado a la Columna y de Nuestra Señora de la Fraternidad en el Mayor Dolor, con sus más de setecientos cofrades formados, sus tres pasos y su queridísima peana del cristo de la columna del siglo XVIII,la bellísima Virgen llena de sevillanía saliendo de Santiago, en un interminable ejemplo de procesionalidad emociona los Jueves Santos y le dan verdadero nombre a este día negro. Donde Santiago el Menor se viste de Cesaraugusto.


Desde este humilde blog felicitamos los setenta y cinco años que celebran, con todo el respeto que se le puede tener a aquellos que cimentan las firmes bases de muchos neófitos, llenan a los curiosos y apaciguan a los sedientos de fe.


Columna, flagelación, momentos previos al Ecce Homo, humillación, flagrum, Barrabás, manos, escupitajos, carne, sangre ,rojo ,mirada al blanco cielo, barbarie humana hacia los mismísimos dioses, hacia la mismísima esencia de la razón de ser, del ser. 









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