miércoles, 6 de marzo de 2013

Saetas, Jotas, y esperas bajo el Varal

18 los días que faltan para el Domingo de Ramos.

Seguimos con la cuenta atrás.


¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el nazareno?                    ( Saeta Popular )


Estos octosílabos populares nos evocan a todos el comienzo de una canción del de El Poble Sec, Serrat. Una canción cuya letra escribiera Don Antonio Machado, de pura sevillanía, y la incluyera en un maravilloso y necesario libro recopilatorio. Campos de Castilla, el poema CXXX. El Gran Poder de los poemarios patrios.


  


¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!




Ante tales octosílabos uno no puede más que pensar en quién, y deducir, que el que murió en el madero es el mismo que anduvo en la mar. Aunque encontremos muchas opiniones y cada cual tenga la suya, a cerca de esta "Saeta", nosotros nos quedaremos con la belleza métrica. Y el que sepa, que diga. 


La Saeta realiza su mortal vuelo cruzando el cielo de la antigua Andalucía y cae en cada uno de los corazones a través del oído. Flecha que traspasa, como nos recuerda un ángel de Bernini, el corazón de Santa Teresa.

Ese particular palo del jondo flamenco es cantado como un martinete, o incluso como seguiriya, y siempre sin un acompañamiento musical. Ya que imaginamos esa saeta al aire libre, pura y limpia, alejada de los artificios que producen los láseres de un disco, o los flashes de la moda.

Alejada de tal modernidad, podemos encontrarnos ante un rezo y una oración, como es ya de por sí el flamenco. 

Me permito el lujo de transportaros a un maravillo escrito de Candela Olivo, sobre la Historia de la Saeta.

Llevando al Nazareno al hombro, pisando adoquín, y con el cansancio que bien vale un Viernes Santo, te puedes permitir el lujo de no escuchar las tantas y tantas que le cantan a mi Titular. No las escuchas, respetando así la voz de tu cuerpo,pero te impregnas de la voz del que sabe.Dejas que te traspase el proyectil de Sagitario. Allí, en la soledad del andero. Sudor, dolor, olor y adoquín, de nuevo. Arena antaño.

                                         Para muestra un vídeo .


Y me disculpen la calidad del vídeo.


En las tierras aragonesas, este que escribe, y no me dejaréis que mienta, ha visto como se le cantan saetas al paso de la Humildad,de Zaragoza, por ejemplo. Saetas gitanas, jondas, y de varias interpretaciones según el que escuche. Como el poema de Machado. En un intento de colorear una circunstancia ya coloreada de por si, y bella. 

En cambio prefiero en esta tierra escuchar las jotas que entre las "Lágrimas de Nuestra Señora", se pueden escuchar. Sin ser estas las únicas, claro está. Pero sí pioneras. Se le cantan al Cristo del Silencio, o al resucitado, entre otros.


Os dejo aquí una letra de Jota de 1954 , de autor desconocido, y que se recupero de la web de la cofradía del Descendimiento de la Cruz, de Zaragoza, y con sede en mi querida escuela.


"De perlas y de rubíes
rico collar se formó
con tus lágrimas y angustias,
¡Oh Madre del Redentor!

Debajo del palio va
la Estrella más reluciente,
¡ sus ojos parecen fuentes
llorando en su soledád !"

"Descendido de la Cruz,
donde el odio lo clavó,
con sus amorosos brazos
la Virgen Madre abrazó."

"¡Madre mía de las Lágrimas,
la noche del Martes Santo
el alma de Zaragoza
llevas prendida en tu manto!"



Jota, Jondo, jeta, o profunda. Es el cante antiguo que enseñaba a orar. Que los maestros han elevado a la categoría de quintaesencia musical en la primavera. Si tienen la oportunidad de encontrarse con un balcón abierto, con público y hasta el que " anduvo en la mar" mirando hacia él mientras alguien canta, dense el gusto de pararse a escuchar. A lo mejor se les ponen los pelos de punta, a lo mejor les gusta.

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